Ya está bien. Este artículo, lo escribo con un poco de retraso, pero es que así he tenido tiempo de meditar y relajarme un poco, después de los últimos acontecimientos.
Se habla mucho de centralismo por aquí, y centralismo por allá. Pero solo se habla de uno. Y tengo una pregunta: si una población dicta el funcionamiento de todas las que tiene a su alrededor, ignorando su opinión y/o realidad, ¿no es centralismo?
Hablando de forma clara: me toca en grado superlativo las narices, el hecho de que Barcelona sea el centro de todo lo que tenga que acontecer en Catalunya, mientras el resto de comarcas, poblaciones, etc, se ven bajo ese influjo de dominio, y como vulgarmente se dice, estén comiéndose los mocos. ¿Como es posible que una fiesta local de Barcelona paralice a una serie de poblaciones como Terrassa, Sabadell, Martorell, y otras de la órbita barcino? Pues no en el absoluto, pero si de forma relativa, es así.
¿Porqué los FGC consideran a efectos de horarios de paso, el 24 de setiembre como día festivo? ¿La Mercè se celebra en Terrassa?¿Martorell?¿El Prat de Llobregat? Pues si las respuestas anteriores son negativas, no se entiende como miles de pasajeros tienen que ser esclavos de ello. ¿Acaso un habitante de Terrassa que trabaja en Barcelona tiene que levantarse antes porque no es festivo en su ciudad?¿Un habitante de Barcelona que trabaja en Sant Cugat, tiene que viajar hasta su lugar de trabajo embutido en el vagón, debido a que la frecuencia de paso se ha visto reducida por la fiesta de la capital del mundo mundial, ombligo de quien se lo crea? ¿Se trata de hacer la puñeta a los de fuera de Barcelona, o a los de dentro que trabajan fuera?
Lo dicho, la dictadura de Can Fanga, dando por saco al personal. O eso, o la poca cabeza de quien coordine los transportes de Catalunya, o sea director de operaciones de los ferrocarriles.






